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viernes, 19 de octubre de 2012

Cesar Augusto el arquitecto del Imperio Romano.


Cesar Augusto 

El espíritu práctico del pueblo romano se impone en las obras arquitectónicas, interesa hacer obras útiles, lo que contribuye a la uniformidad de los modelos arquitectónicos de la actualidad. Además, deben responder al espíritu de grandiosidad, orden y permanencia, que rigen la política romana; la arquitectura romana es la expresión de su poder y esto lleva a su afán de eternidad y monumental.

Cesar Augusto el arquitecto del Imperio Romano como es considerado se proponía ocupar el poder en solitario. Mientras iba edificando el Imperio, repetía sin descanso que todas las modificaciones estaban destinadas a mejorar el funcionamiento de la República.

Las reformas, lentas y escalonadas, se espaciaron cuidadosamente durante décadas a lo largo de su extenso reinado, de más de 40 años. Al principio, llegó incluso a fingir que abandonaba la vida pública para devolver la normalidad a la República. Cuando la ciudadanía y el Senado, sabedores de que sólo él los separaba de una nueva Guerra Civil, le suplicaron que renovara su mandato, sólo permitió una prórroga temporal, y tardó mucho tiempo en aceptar del Senado un poder indefinido.

Exhaustos tras un siglo de enfrentamientos civiles, proscripciones y matanzas, Roma concedió todo su apoyo a ese hombre sereno y prudente, que ofrecía paz y orden a cambio del dominio del estado.
La fecha para el comienzo del Imperio suele fijarse en el año 27, momento en que el Senado le concede el título de Augusto, un calificativo de carácter religioso, que elevaba a su portador por encima del resto de los hombres. Éste también pasó a ser el nombre del octavo mes del año, aquel en el que había nacido el salvador de Roma. Augusto supo combinar con inteligencia tradición y renovación al crear el Imperio, una nueva forma de gobierno en la que el emperador no sería un rey, ni un tirano, sino el primero de los senadores, destinado a velar por el bienestar de todos.

Como un reflejo de la paz pública y de la bonanza económica, el reinado de Augusto inauguró la época más brillante de la cultura romana. Algunas de las figuras más destacadas de la literatura: Virgilio, Ovidio, Tito Livio... cantaron las excelencias del nuevo orden. Sus obras, armoniosas y equilibradas, constituyen el período de más puro clasicismo en el arte y la literatura.

Augusto expandió el Imperio Romano, asegurando en el proceso sus fronteras mediante la subordinación a Roma de las regiones circundantes. Además, celebró un acuerdo de paz con el Imperio Parto —el más poderoso de sus vecinos— por la vía diplomática, reformó el sistema tributario romano, desarrolló redes de caminos que contaban con un sistema oficial de mensajería, estableció un ejército permanente (así como un pequeño cuerpo de marina), y creó la Guardia Pretoriana junto a fuerzas policiales de seguridad, tanto para mantener el orden como para combatir los incendios en Roma. Resulta destacable añadir que gran parte de la ciudad se reconstruyó bajo su reinado.

En la ciudad romana tienen gran importancia los edificios de carácter público dedicados a satisfacer necesidades ciudadanas relacionadas con los negocios, con el espectáculo, y con los deportes.
· Basílica: La basílica era el edificio destinado a las transacciones mercantiles y a la solución de litigios judiciales.
Coliseo Romano

· Termas:
Las termas eran los baños públicos romanos, donde el pueblo romano charlaba y también se divertía. Constituyen todo un complejo arquitectónico.
· Teatro: En las ciudades romanas tenían gran importancia los espectáculos , requiriendo, así, un edificio específico para cada espectáculo. Los teatros romanos, a semejanza de los griegos, servían para las representaciones dramáticas.
·

 Anfiteatro:
El anfiteatro es de creación romana y tiene una planta elíptica, Es, como su nombre indica, , n doble teatro, con su “cavea” para el público, y la “arena”, o el espacio interior, destinado al espectáculo. Debajo de la arena , había construcciones subterráneas, corredores, cámaras, fosas...
· Naumaquias:
Eran construcciones menos comunes a modo de anfiteatros que se podían llenar de agua, y allí, en el agua, tenían simulacros de batallas navales.
· Circo:
Servía, como los hipódromos de hoy en día, para celebrar las carreras de caballos , de carros , y espectáculos atléticos; corresponde al estadio griego.
Llevados por el deseo y por la gloria terrena, los romanos levantaron monumentos conmemorativos en el Foro, en las entradas de los puentes o en el cruce de calzadas y en los lugares célebres.

-Arco del triunfo:
Es un monumento de carácter conmemorativo, concebido como una gran puerta monumental exenta; está destinada a que bajo él pasasen, con sus tropas , los generales victoriosos.

Muchos consideran a Augusto el emperador más grande de Roma; sus políticas ciertamente extendieron la vida del Imperio Romano e iniciaron la Paz romana también conocida como Pax Augusta. Era inteligente, decisivo, y un político sagaz, pero quizás no tan carismático como Julio César, y en ocasiones tomó decisiones influenciado por su tercera esposa, Livia. Como resultado, Augusto no posee tanto renombre como su antecesor, y a menudo es confundido con el primero. No obstante, su legado demostró perdurar más en el tiempo. Como ejemplo, cabe señalarse que la ciudad de Roma fue transformada completamente bajo el mando de Augusto.

Acueducto Romano


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