Persepolis. |
Fundada por
Darío I el Grande y destruida por Alejandro Magno, "la ciudad de los
persas"
El Imperio
persa de la dinastía aqueménida (558-330 a.C.), uno de los más extensos de la
Antigüedad, llegó a abarcar todo el vasto territorio que va de Anatolia al río
Indo. Su base se encontraba en la meseta de Irán, y dentro de ella una ciudad
se convirtió en epicentro del poder de la monarquía: Persépolis. Fundada por el
primer soberano aqueménida, Darío III, fue su heredero Jerjes I quien dio un
mayor impulso a su construcción. Los restos conservados hoy en día dan una idea
de las dimensiones y el esplendor de lo que fue un gigantesco conjunto palaciego.
Destaca la Apadana, gran sala de audiencias compuesta por 72 columnas de hasta
25 metros de altura, así como la Puerta de Todas las Naciones, monumental
entrada al recinto.
Ciudad Persepolis. |
A Jerjes también se debe la Sala de las Cien Columnas,
concebida originalmente como sala del trono. Las obras requirieron una enorme
inversión en fuerza de trabajo; en un momento dado se sabe que estuvieron
empleados 1.300 artesanos cualificados. Una de sus tareas fue la confección de
los relieves que adornan las escalinatas y algunas de las estancias de la gran
terraza del palacio. En ellos se representa a los súbditos del rey persa
llevándole ofrendas en símbolo de reconocimiento. Todos ellos aparecen
ataviados al modo de los distintos pueblos englobados en el imperio persa. Pueden
distinguirse los medos, los babilonios, asirios, bactrianos, partos, escitas,
jonios, lidios, indios e incluso. Otra serie de relieves representa a los
Inmortales, la mítica tropa de élite del rey persa.
Algunos
autores discuten si Persépolis fue una verdadera ciudad. La falta de
comodidades para una residencia continuada hace pensar que los reyes persas la
utilizaron como centro ceremonial para algunas ocasiones especiales a lo largo
del año. En todo caso, la ciudad sufrió un trágico destino a manos de Alejandro
Magno, que la incendió después de conquistarla, en un gesto que manifestaba su
triunfo total sobre el Imperio persa.
La plaza
arqueológica más importante de Irán, se encuentra en la ciudad de Persépolis.
Según la historia Persépolis se comenzó a construir en el año 518 antes de
cristo, es una construcción sumamente antigua, esta ciudad fue la capital del
Imperio Persa durante la época aqueménida. Cuenta la leyenda que Alejandro
Magno incendió este lugar en venganza al Rey Jeries pues habría sido él quien
destruyó Atenas. Pero esto no es confirmado por la historia.
Esta ciudad está a 57Km de la ciudad de Shiraz, provincia de
Fars. Esta antigua ciudad se encuentra expuesta para el público desde el año
1930, luego de ser desenterrada. Este lugar cuenta con vestigios, dentro de los
cuales se destacan muy bien dos escaleras monumentales que se hallan decoradas
de labrados, las cuales son consideradas como una obra maestra de la época
aqueménida.
El Palacio
de Dario y de Xerxes era un palacio de la época, que es otro símbolo de la
ciudad, así como a Puerta de Jerjes, conocida comúnmente como la Puerta de los
Países. Este se encuentra cubierto por inscripciones talladas en el idioma
elamita y otras lenguas antiguas. Luego en la misma se encuentra el Complejo
Palaciego de Apadana, según los estudios realizados y la historia era el lugar
donde los reyes recibían a sus visitantes y realizaban distintas ceremonias.
Muchos dicen
que las riquezas que poseía esta ciudad fueron extraídas por Alejandro Magno.
Otro de los espacios con lo que cuenta esta ciudad enterrada es la Sala de las
Cien Columnas, emplazada en el vestíbulo de Persépolis. Dicen también que este
lugar fue utilizado para la planificación y organización de varias invitaciones
y recepciones a cargo del Rey Dario I. las mayores dimensiones construidas
durante el periodo aqueménida la posee este palacio.
Por todo lo
que ha traído consigo el desenterramiento de esta ciudad, hay que mencionar que
esto le colaboró, más la conservación del mismo a que fuera declarado por la
UNESCO en el año 1979, como Patrimonio de la Humanidad. Es una magnifica
experiencia visitar esta ciudad los recuerdo y recuentos de los guías y las
personas que habitan allí te sorprenderán bastante.
Persépolis
es, sin duda, uno de esos museos, ya que aquí se encuentran las construcciones
más antiguas que corresponden al imperio persa. La antigua Parsa, capital del
imperio, fue destruida por Alejandro Magno pero todavía se pueden admirar los
restos que quedan y que muestran, con toda claridad, la grandeza y el esplendor
de una ciudad que fue embellecida por los más afamados artistas y artesanos.
Sus ruinas siguen dando hoy día muestras de la fastuosidad y la riqueza que la
ciudad tuvo en sus tiempos de gloria. Los relieves que decoran las grandes
escaleras de acceso, así como los restos de los palacios construidos por Darío,
Jerjes y Artajerjes, junto a la inmensa Apadana donde se reunía la corte, son
obras extraordinarias dignas de admiración.
Un país como
Irán, que ha visto pasar por sus tierras los imperios más poderosos y las
culturas más refinadas de su tiempo, debe, forzosamente, guardar preciados
tesoros de este paso y ser depositario de lo mejor que cada cultura aportó a la
civilización y al arte.
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