El imperio
persa, dirigido por Ciro el grande, quien conquisto muchas regiones, y lo que
lo caracterizo fue por no esclavizar a las personas de los lugares que
conquisto.
En este
imperio no tenía esclavos si no asalariados, quienes devengaban un salario por la realización de trabajos y se les
permitió trabajar a las mujeres y también eran remuneradas. Esta era una de las
políticas implementadas por Ciro el grande.
Ahora
hablemos de los israelitas su existencia como tal empezó entre los años 1400 y
1100 a. C., el desarrollo de un reino independiente en torno a 1050 aC.
Desde los tiempos más remotos, el esclavo se
definía legalmente como una mercancía que el dueño podía vender, comprar,
regalar o cambiar por una deuda, sin que el esclavo pudiera ejercer ningún
derecho u objeción personal o legal. A menudo existen diferencias étnicas entre
el tratante de esclavos y el esclavo, ya que la esclavitud suele estar basada
en un fuerte prejuicio racial según el cual el grupo étnico al que pertenece el
tratante es considerado superior al de los esclavos.
LA
ESCLAVITUD BAJO LA LEY DE MOISES
La
esclavitud entre los mismos judíos. Los judíos podían ser alquilados por sus
propios hermanos como sirvientes, pero no se les permitía ser "esclavos de
cautiverio" (Lev. 25:39, 40). En lo concerniente a uno de esos alquilados
como sirviente, el Señor ha dicho: "No te enseñorearás de él con dureza;
mas tendrás temor de tu Dios" (Lev. 25:43). Tal esclavitud era de
ordinario tenida con los pobres a causa de las deudas que el hombre no podía
pagar (Ex. 22:2, 3). Tal esclavo hebreo podía ser redimido por sus parientes en
cualquier tiempo (Lev. 25:48, 49). Si no era redimido, era puesto en libertad
después de seis años de trabajo y se le enviaba con presentes y ganados y
frutos (Deut. 15:12-14). Un esclavo hebreo podía, por amor a su amo, optar no
ser puesto en libertad en el año séptimo, y así convertirse en esclavo a su amo
por toda su vida. Se observaba la siguiente costumbre en tales casos:
"Entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja junto a la puerta, y
será tu siervo para siempre" (Deut. 15:17). Esto es lo que la ley de
Moisés y por la cual se dirigían los judíos.
Lo que es
muy controversial es que la iglesia católica acepte el esclavismo aun cuando
han pasado miles de año. La esclavitud lo pueden hacer siempre y cuando sea de
otro país, acaso no todos somos seres humanos que nacimos semejantes aun dios
lleno de amor por que los encargados de difundir su palabra aceptan este tipo
de situaciones y como se sigue aceptando ya que los judíos fueron liberados por
Ciro el rey de Percia.
En la última
década las publicaciones sobre la esclavitud han aumentado vertiginosamente;
desde artículos, libros y películas, a culebrones de televisión. Todas, sin
excepción, parecen dedicadas denunciar esta situación.
Si la esclavitud no es tan antigua como la
Humanidad - no creo que los prehistóricos encontraran ninguna utilidad en ella
- lo que sí es seguro que se remonta al inicio mismo de las civilizaciones o
sea que es concurrente al descubrimiento de la agricultura. El esclavo se
definía legalmente como una mercancía que el dueño podía vender, comprar,
regalar o cambiar por una deuda, sin que el esclavo pudiera ejercer ningún
derecho u objeción personal o legal. Para las grandes religiones monoteístas la
esclavitud ha existido desde casi el Diluvio y, en el caso del Judaísmo, por la
voluntad y la ira del mismo Noé. Véase Génesis 9:25-27: "Maldito sea
Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos. Dijo más: Bendito por Jehová mi
Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las
tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo." Y todo esto porque Cam, el padre de Canaán,
había visto la desnudez de Noé.
¿Quién
creería que los judíos, que parecen nacidos para servir sucesivamente a las
demás naciones, tuvieran también esclavos? Marcado está en sus leyes que pueden
comprar a sus hermanos por seis años y a los extranjeros para siempre. Se decía
que los hijos de Esaú tenían que ser siervos de los hijos de Jacob; pero luego,
bajo otro régimen, los árabes, que se creían hijos de Esaú, redujeron a la esclavitud
a los hijos de Jacob.
Los
evangelios no ponen en boca de Jesucristo ni una sola palabra que recuerde al
género humano su libertad primitiva, para la cual parece que haya nacido. Nada
dice el Nuevo Testamento del estado de oprobio y de angustia al que se condenó
a la mitad del género humano; nada dicen de esto los escritos de los apóstoles
y de los Padres de la Iglesia; ni aquél ni éstos hablan de otra esclavitud que
de la esclavitud del pecado.
Los esclavos no tenían derechos. |
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